EL EDREDÓN
El agudo timbre del despertador irrumpió en el silencio del dormitorio. Lucía dando un manotazo lo hizo callar, se deslizó suavemente para salir de la cama y no despertar a Mario, su hijo de dos años. La verdad es que en aquella habitación no había espacio para otra cama y aunque lo hubiese habido tendrían...