Huellas invisibles.
Clara nunca pensó que un ordenador se convertiría en su fiel confidente. Tenía familia, amigos, muchas aficiones y a Matilde, su incondicional perrita gruñona. Una mañana paseando por el parque, vio anunciado un curso de Informática en un nuevo Centro Social cercano a su casa. Seguramente si se lo comentaba a Ana, le diría lo...