Bendita sea la tecnología.
Anne. Allí sentada, papel y pluma en mano, podía percibir la mirada de cientos de personas tan parecidas y a su vez tan alejadas de mí. No podía creerlo. Yo, escritora en mis ratos libres incapaz de escribir una frase sin antes haber pensado en las posibles faltas de ortografía que podía llegar a cometer....