El marino mercante
Querido viejo amigo, Aún recuerdo a aquel hombre mayor y enjuto que en esa fría mañana caminaba frente a mí, tropezó y cayó al suelo, le ayudé a levantarse y le acompañé hasta la residencia para mayores en que vivía. Había salido, dijo, a sacar dinero de un cajero próximo para poder tomarse de vez...