LLEGUÉ AYER
Hola Nacho. Al final he venido sola, sin ti. Llegué ayer. No pensaba contártelo, pero instalada en esta cabaña, la misma que tantas veces nos sirviera de refugio, no puedo evitar recordarte. Este paisaje es tan maravilloso que duele. Duele que no estés, y duele que nunca más vayas a estar. Ahora que sé que...