La gota feliz
Érase una vez una gota de agua. No tenía nada de especial, pero ella se consideraba la gota de agua más feliz del mundo. O, al menos, de todo su estanque. Siempre estaba alegre y radiante porque se sentía en potencia de hacer cosas asombrosas. Proclamaba a todo el que quisiera escucharla: -¡Yo, como gota...