Oscurece la verdad de lo que queremos, el ensueño de nuestros temores atormentan el ser y el ser de la nada simplemente se vuelve todo.

Vida mía, vida del espíritu que acongoja todos mis miedos en un armario lleno de placeres. Y el placer renace a lo carnal, lo mental, lo inhóspito y banal de nuestro amante verdadero.

Eres agua entre la muerte y el infierno, como cicatriz de la experiencia, como luz ante la ciega realidad.

Bajas a lo humano para renacer a muerte, a guerra, a sufrimiento, a asco, repulsión.

Vida suave, te agravas con los pecados más hermosos de la locura y censura.

Vida triste, tus lágrimas son como un día más a la especie humana, a la especie que tortura su inocencia, riendo con el primer sueño cumplido, arrebatando caricias que se entregan en el orgullo.

El sol naciente proclama tu llegada al amanecer con raudales y el rocío de los ojos abrumados por ojos de desvelo, con ojeras llamando más sueños, más muerte, más sed de cobijas entre el cuerpo sobre el cuerpo.

Vida y silencio, dices más que un anciano con demencia.

Eres la bestia reencarnada en la mirada de un Dios, en el tridente de un demonio, eres malestar para el melancólico, eres más vida para el soñador triste.

Podría matarte, vida mía, pero ya he matado mi ser.

Ronronea el gato que ayer dormía en la ciudad llena de peste, ronronea cerca de mis oídos y cerca de mi muerte, lo acaricio y escucho decir que es vida, que llora pétalos llenos de amor, llenos de alcohol rojo.

Azul cielo es el color de la vida, amarillo es el color de su luz, negro es la caída de las nubes llenas de dolor y angustia. Lluvia triste.

Lluvia gris.

Vida, tus pesadillas atacan mi imaginación como un torero embestido por un toro, embestido por los cuernos de la muerte.

Si yo fuera torero estaría embestido por piel humana, piel de mis parpados cuando no duermen tres días seguidos.

Quiero dormir en tu soledad, pues ahí encuentro muchos sentimientos verdaderos salientes del dolor universal.

Quiero dormir en tu luz, ahí encuentro la oscuridad alumbrada por amores que jamás se conocieron.

Vida, hermosa, querida pero no amada, natural pero no real. Ilusión más que percepción.

Tras el primer rayo del sol apareces, corres a la vista de las personas para avisar que has llegado. Y la gente salta de la cama, corre y vuelve a la rutina diaria para ir a su dolor. Te odio por eso y por más cosas que ya he dicho y que diré, te amo también porque me permites seguir escribiendo, amando, sufriendo, cantando, durmiendo más, y muchas cosas que también escribí y seguiré escribiendo.

Vida, no sé si seas la ausencia de muerte o la muerte es ausencia de vida, o la gente es ausente de vida y muerte al mismo tiempo. Por eso cuando sufren, ríen demasiado.

Lloraré por ti, está noche. Y la siguiente, y la siguiente. Hasta despertar en la tierra bajo mi epitafio.

Hoy mi vida es la película de mi infancia…

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