Me voy a presentar, mi nombre es Nadie.

Como de costumbre, solía pensar en ser feliz, lo deseaba, cerraba los ojos en cada diente de león… En cada estrella fugaz.

Pero si yo ya era feliz… Lo que sucedía es que no era consciente o mejor dicho no tenia las herramientas necesarias para tomar consciencia. Eso es algo que aprecio solo habiendo pasado años, unos detrás de otros…

¿Como salir adelante en el llamado primer mundo con la ausencia total de figuras primarias e imprescindibles?

El ser humano, por encima de todo, tiene la capacidad de rehacerse, de ser la muy utilizada y hermosa palabra que es, Resiliente.

Esto a la vez te permite avanzar en otros muchos campos:

Habilidades sociales, empatía agudizada, inteligencia emocional e incluso una buena adaptabilidad a los cambios.

Tenemos que educar a nuestra mente de manera racional.

Es cierto que la vida hay que vivirla y que para vivirla, como es debido, hay que estar despierto.

Creo firmemente en las oportunidades y no creo en las casualidades, creo en la relación causa, efecto y por lo tanto en la causalidad.

De ninguna manera, ni la ciencia ni la experiencia, avalan el consuelo de muchos de los que piensan que todo tiene su recompensa.

Me ha costado muchos años encontrar la calma, de echo aun no la he encontrado entera. Será una búsqueda larga…( alguien habla en mi…)

Retomamos la resiliencia, esa cualidad que esta en el auge matutino, pero…¿Cuantos de nosotros sabemos en verdad que es lo que se siente, que es lo que te produce?

Previo al don que es ser una persona resiliente hay:

Sufrimiento, humillaciones, resignación, ira, frustración, dolor, pena, culpa, sacrificio, desolación, compasión, impotencia, piedad y verdad, tanta tanta verdad…

Cuanto antes aprendamos que para siempre no dura siempre, mejor nos irá…

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