Guacamayos En San Juan
Tenía cuatro años cuando vi esas aves de colorido plumaje y larga cola. Un viejo pasaba vendiéndolas. Crucé la calle Fortaleza y fui corriendo tras de él. —¿Son de verdad? —le pregunté. —Sí, son guacamayas y hablan —me explicó—. Papi compró las dos y las llevó a vivir al patio interior de su...