Cuando a una no le importa un rábano
Resti y Pedro tenían una hija, una sola, su niña Carmen. Carmen, a pesar de las restricciones de la postguerra y de sus padres, creció feliz entre los capones de su madre y los achuchones de su padre. No salía mucho, pues todo su tiempo lo dedicaba a estudiar -No quiero que tengas que depender...