El don
Era una soleada tarde de verano y la pequeña había dormido su siesta en el jardín, sobre la manta extendida a la sombra. Al despertar, miró las frondosas ramas en lo alto, se levantó y sus brazos, muy abiertos, rodearon el tronco. Sonrió con la carita pegada a la corteza, como si el árbol le...