El peor de los regalos
Y ahí estaba él, sentadito viendo el show, su carita triste contrastaba con la alegría de sus compañeros , se notaba raro, ni mi andar torpe con esos enormes zapatos, ni mi saco de su color favorito, ni la nariz roja que lastimaba a la mía pudo robarle una sonrisa, Yo no comprendía que le...