La herencia maldita
Con solo ocho años ya tenía más cicatrices en su corazón de las que pudo haberlo hecho la posguerra. —No quiero irme mamá, ¿por qué?, ¿he hecho algo malo? —Su padre lo sacó de casa como quien arranca una florecilla silvestre. Las lágrimas de su madre trataron de decirle algo que él no entendió. —No,...