En tu ventana
Recuerdo de aquella época los guantes raídos, el frío helador, el hambre que atenazaba mi estómago. Pasaba mis días deambulando por la calle, buscando sin buscar, con ese caminar inconsciente que tienen las almas perdidas. Pero lo que más recuerdo es la furia por todo lo que había perdido. Junto a mi socio había conseguido...