La foto no salió movida

La foto no salió movida

Las fotografías muestran el instante, preciso o no, y dan lugar a variadas  interpretaciones. Es pertinente, entonces, ir a las fuentes.
  Estábamos recorriendo viejas estampas castigadas por el encierro protector de mi abuela. Las sacaba una a una desde el interior de una lata rectangular que tímida y entrecortadamente mostraba su origen, Mil Delicias de Terrabusi –descifré- . Yo hacía las preguntas obligadas: ¿Quién es? ¿Te acordás la fecha? ¿Qué hacían?… Y ella respondía.

   Llegamos a ésta, indudablemente el objetivo central era un joven a quien dio a conocer como un amigo de su primo Agustín. Recordó que esas visitas también dieron lugar, alguna vez, a interpretaciones musicales –violín y verdulera- que quedaron registradas en papel fotográfico y en su memoria.

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   Vuelvo a esta imagen. 

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El joven visitante, rastrillo en mano, calzando pantalones hasta el ombligo -así lo marcaba la costumbre-, mira en pose forzada hacia la nada. Una joven con vestido claro, apoyada en el marco de la puerta parece mirarlo.

Ustedes pensarán que lo observaba soñando esperanzada… ¡No…! La verdad era otra. 
  ­- Se lastimó Cachito -gritaron- y todos salieron corriendo en el preciso momento en que sacaban la foto. Como yo tenía pánico a la sangre, me quedé mirando desde la puerta. Cuando a Cachito le pasaba algo todos nos desesperábamos, era tan chiquito. Se había cortado con una chapa barrera que había dejado papá en el patio… Me desmayé justo después de la foto –contó mi madre- y nos reímos con su recuerdo.

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