Un día cualquiera
Por las tardes aparece muchas veces sin dormir, con el pelo revuelto y restos de comida en la boca, revuelta la ropa y hecha un adefesio. Sonríe y me llama con su voz infantil y todavía poco formada, aprendiz de consonantes desconocidas. Corre sin percatarse de obstáculo ninguno como si pudiera ser etérea, pero se...