Amparo
Yo la llamaba Amparo. Ella está y no está. En mi correo guardo innumerables y profundas conversaciones, que a veces revivo. Durante mis peores noches, me ayudaba a encontrarle un sentido apacible a esto de estar vivo. Todo aquello que no te da por contarle a nadie. O sí, pero cuando lo intentas, el diálogo...