Los vigilantes
—¡Apaga la luz! Federico está emocionado. Ha entrado corriendo en la destartalada habitación hecha con tablas sueltas colocadas con sus propias manos. Su hermana Casilda se asusta y a la vez se alegra al ver a Federico entrar tan de repente y con una enorme sonrisa en su cara. —¡¿Qué pasa, hermanito?! —pregunta la niña...