Epístola de los Sumos Sacerdotes

Epístola de los Sumos Sacerdotes

Desde poco después de vuestro origen como especie, vuestra ignorancia ha propiciado la existencia de diferentes dioses, cuando no comprendíais la lluvia, atribuímos la lluvia al Dios de la Lluvia, si no podíais explicar la Fertilidad de la tierra, inventábamos a la Diosa de la Fertilidad de la Tierra, si las razones de un terremoto o de la erupción de un volcán, las tormentas en el mar, o la suerte o desventura en una guerra os dejaban inquietos, nosotros estuvimos allí para daros una divinidad a quien echarle la culpa, un ser superior a quien hacer responsable de lo que no tenía explicación.

Para cualquier cosa que escapase al conocimiento humano os dimos una divinidad. Una divinidad, es cierto, que os exigía sacrificios devotos, una divinidad que en ocasiones os pedía comida, o riquezas, y a la que había que venerar y mantener contenta.

Una divinidad con la que nosotros, los Sumos Sacerdotes, teníamos un contacto especial, eran divinidades con las que sólo unos pocos llamados éramos capaces de interceder. Esta divinidad nos procuraba a sus elegidos la tremenda carga y la pesada responsabilidad de hacer de interlocutor entre vosotros, el populacho, y la divinidad misma.

Es justo reconocer que en esa ardua tarea, los seres divinos han sido generosos con sus elegidos, nos han dado la satisfacción de poder ayudaros, a veces nos han permitido disfrutar de los restos de los sacrificios ofrecidos, y también, porque no decirlo, hacer uso de los bienes que devotamente les ofrecíais por temor, a nadie se le escapa que alguno nos hemos enriquecido y hemos medrado como insignes miembros de la sociedad por el hecho de haber sido los elegidos.

Pero con el tiempo, habéis luchado contra la ignorancia, habéis luchado y se podría decir que habéis vencido: la lluvia tiene un sentido, una razón de ser, y una explicación científica, la fertilidad de la tierra tiene también sus secretos pero la ciencia los ha desvelado casi todos, los terremotos, las tormentas del mar, hasta el azar tiene sus leyes matemáticas, y los dioses que os fueron tan útiles se os han ido olvidando. Nuestro poder también fue desapareciendo con ellos.

Los tiempos cambian, y los sentimientos que antaño movían montañas y voluntades tienen ahora poca o muy poca fuerza.

El miedo, el miedo de verdad, el miedo a ser fulminado por un rayo, ya no existe entre vosotros, pero ¿por qué?

Porque la ciencia y el conocimiento os ha hecho libres, os ha liberado de los miedos de antaño. Ya nadie sacrificará un cordero en mi templo por temor una mala cosecha, sois libres y podéis ahorraros el cordero. Ahora que sabéis de sobra que abonando vuestra tierra y sembrado la semilla adecuada, bastará con que llueva lo mismo que la media de los últimos 30 años para que la cosecha sea más o menos la prevista. Y Eso si no habéis sembrado en un invernadero instalando un riego por goteo.

Ya nadie entregara sus joyas en el templo para contentar al muy irascible y vengativo ser superior que, en caso de no hacerlo, mandaría una plaga de langostas. Ahora fumigaréis vuestros campos, que parece lo más sensato.

¿Y todo porque? Porque ahora habéis perdido el miedo y habéis probado la Libertad.

Ya no tenéis inquietudes filosóficas y la ciencia os ha dado una solución a cada uno de vuestros miedos..

La ciencia nos expulso de los templos, y nos privó de los modestos beneficios que obteníamos de vuestros sacrificios. La ciencia os quito el miedo, quizás, pero os dio la libertad, y esa libertad será la que os esclavice de ahora en adelante.

Ahora os acecha la necesidad de sentiros libres, sentiréis la necesidad de saberlo todo, o al menos de poder consultar cualquier cosa en cualquier lugar, sentiréis la necesidad de poder comunicaros libremente, y lo mejor de todo es que no reparareis en gastos para ejercer vuestra libertad.

Nosotros os daremos las herramientas y canales que garanticen vuestra libertad, es más, os dejaremos elegir entre varias opciones de canales y deferentes de modelos de herramientas, para que os sintáis aun mas libres

Mientras procuréis vuestro derecho a ser libres y cada vez mas libres, os iremos contando cómo debéis ejercerlo y, por supuesto, tal y como desde el principio os ofrecimos las divinidades que os hacían falta, os ofreceremos ahora las herramientas de vuestra libertad, al principio serán muy básicas, pero cada vez irán siendo más complejas, o más bonitas, o más “inteligentes” de modo que renovareis continuamente vuestra satisfacción siendo cada día un poco más libres con el último modelo de las herramientas que os iremos ofreciendo.

Quizá todos sepáis que no existe el Dios Tecnología.

Pero que no os quepa ninguna duda, la usencia del Dios no implica que no podamos existir los  Sumos Sacerdotes.

Lo que se conseguía con el miedo para una sociedad básica e ignorante lo conseguiremos con el afán de libertad en una sociedad culta. La Libertad es ahora vuestro objetivo irrenunciable y estamos aquí para írosla dosificando, a pequeños avances, según vayáis ofreciendo vuestros pequeños sacrificios, ya no por temor, que es un sentimiento relativamente fácil de vencer, sino por vuestro Afán de Libertad, que es un sentimiento que tardareis muchos años en controlar, tantos que para entonces, habremos terminado de perfeccionar nuestras maquinitas y será el tiempo de cambiar otra vez de estrategia. 

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