Aduriz
Un hombre con ojos similares a los de Baroja, de a ratos recordaba a Aduriz. El hombre envejecido por la vida se sentó al lado de la ventana y dejaba fluir sus pupilas y su mente: veía a ese chiquillo correr entre árboles amarillentos y atravesar la espesura neblinosa, chapotear en los charcos, mientras la...