00 34 670024358: reglas de supervivencias (green requiem)

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18/02/2013

El lenguaje de los SMS obedece a nuevas reglas tecnológicas que aspiran a la información, a la intimidad automática y al tedio. El SMS pone en cuestión la noción de autoría de la alta era Web, así como aísla los signos de admiración del blog, destierra las biografías eufóricas del Facebook y limita los impulsivos mensajes del Twitter. Los SMS  son ficciones defensivas, definidas por la soledad y la fuga. Los SMS buscan producir un sujeto fuera de control que aspira a la invisibilidad.[1]

*

     Creía saberlo todo sobre de ti. Llevo años escuchándote y muchas estaciones a tu lado. Nacimos en el mismo barrio, fuimos al mismo colegio. Recuerdo la casa de tus padres y aquella larga escalinata, sin alternativa de ascensor. ¿Recuerdas?, a los 13 años, sentados en la entrada del cole, hablando; nuestra charla, se extendía lejos, en la distancia, los dos sinceros y firmes, ¡eso es lo que creíamos!, sumergidos en un luminoso viaje más allá de la imaginación.

SMS: …aquí solo la familia a la cama a las 11 clausura estoy muy bien  praderas verdes fuente frescas árboles estupendo…

Ya entonces pensaba en la posibilidad de dibujarte para mí, y sólo para mí. Pensaba que sería fácil entenderte. Y me doy cuenta que no te conozco. Ahora mismo, acabo una y otra vez de visitar el buzón de los mensajes y como siempre constato que tu forma de comunicación no es y nunca lo será vehículo de cooperación.

SMS: …no fuimos el gran amor supongo…

SMS: …te gustaría estar aquí conmigo verdad yo sin ti no podré dormir…

SMS:…me gustaría que dijeras algo procedente de tu corazón algo de mí de ti de nosotros algo algo ALGO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!…

SMS: …esta vida no es nuestra sino de otro…

¿Donde están tus notas de amor por mí? ¿Porqué recurrir a la ficción lineal en tu fenómeno comunicativo? ¡Además siempre marcando época! En efecto no hay argumento que tu no hayas presentado como un hecho personal, ofreciendo exclusivas experiencias de tu vida afectiva e intelectual como sinónimos de optimismo permisivo. Un flujo interminable de imágenes, producciones, consumo, estilos de vida, ética y excesos. Podría conformarme, ¿quizás? y construir de una vez, una sólida unidad funcional.

SMS: …siempre me envías híbridos…

SMS: …pero poco me importa…

SMS: …todo lo tuyo ingresa en el olvido o peor en el circuito de la inexistencia…

SMS: …ya me agobias…

SMS: …la última vez aquí en mí montaña fue maravilloso quedar contigo…

SMS: …veo las marcas de tus medias tú una suburbana pequeña burguesa…

SMS: …tienes caducidad…

SMS: …va todo bien?…

SMS: …ya no te entiendo…

SMS: …estábamos allí me rodeabas con tus brazos besé tus manos…

SMS: …momentos eternos sin indecisión…

SMS: …mi propio tiempo…

SMS: …tendrías que saber como tratarme y además no olvidarlo nunca…

SMS: …nº 1 debes saber cuando llevo un nuevo corte de pelo nº2  darte cuenta de mis nuevos zapatos entiendes?…

Contigo yo voy y vengo y pruebo a poner orden en mi vida pero sigo sin tener puntos de referencia consolidada. He perdido el sentido del límite entre el original y la copia, entre el autor y el destinatario, cuando, tus SMS, continúan siendo un gran producto adaptado. Mantienen y proporcionan enlace y galimatías, simetrías y duplicaciones, quebrantamiento de las imágenes, tendencia a la distorsión y placentera perversidad, conservando el vigor en la globalización. Mediante ellos conseguiste remodelar tu forma de amar, usándome, escueta de recursos, cuestionando destino y fronteras, de vez en cuando produciendo alguna película límite, situándote en callejones sin salidas, materializando retornos imposibles o comprometiéndote en situaciones conclusivas, marcando con tu bulimia, las múltiples interpretaciones de la pasión, sofisticando, acabando con complicados jeroglíficos para reescribirte.

SMS: …el objetivo que me marqué no ha cambiado aún…

SMS: …recuerdas? un domingo por la tarde…

SMS: …fue real el azul de tus ojos a escondidas tu dormitorio el televisor encendido vagaba el gris…

En el historial de mi teléfono móvil se ha acumulado demasiada tristeza. Miro cerca de mí y los niños están camino del colegio, las amas de casa acuden a su faena, la luz del día huye a la de la noche, empresas y oficinas despiertan y los recién casados se besan al salir de la cama.

Rondan tus SMS pero yo ¿cuándo empecé a escribir mensajes que nunca son enviados? Desespero.Todos tus “he comprendido que te amo” o los “me temo lo peor” son momentos de autorretrato con connotaciones estrictamente autobiográficas. Al reparo de tus memorias has simulado una charla personal pero al final sólo has hablado de algo más.

SMS: …sol mucho sol en mi retiro se esta de maravilla…

SMS: …inevitablemente acabaremos con perdernos ya pasó una vez recuerdas?…

SMS: …te besaré…

SMS: …amor…

SMS: …he fumado demasiado beneficio mezquino pero humano…

SMS: …pero continúa el dolor y además  a cuenta de mis capacidades y limites…

SMS: …ahí fuera nos hemos perdido…

La composición de tus SMS se come la armonía visual, la farsa del directo, la insinuación narrativa y las censuras. En realidad me queda tu imagen, la última antes de irte definitivamente: evité tus ojos bajé la cabeza y me doblé a tus pies y empecé a comprender porque el amor no es perpetuo ni el de los móviles. Cómo coca cola usada como anticonceptivo, mi alma reside entre tus piernas sin saber si hubo, si lo hubo, dolor de amor o de sexo. Por supuesto en tu mundo flotante.

Mi móvil marca las dos, cuarenta y tres minutos y cincuenta y ocho segundos, sigo recibiendo tus SMS que se están acumulando, como ausencias, en el fondo de mi tacita vacía de café o encima de las sábanas colgadas y definitivamente en el historial de mi teléfono móvil. Tú última imagen, es de esta misma semana, antes de abrirte definitivamente.

¡No sé donde estas metida! Tuya, es una constelación entre orión y google, de donde, gracias a tu idolatrada dependencia tecnológica, me llegan tus clips telefónicos que saben detener lo excelso y lo necio, sistematizar el erotismo y la desgana, regalar alucinaciones y play-back y por fin desmontar el documentalismo de nuestro amor.

¡Tus SMS son adicciones sucias y acomodaticias!

SMS: …¡¡¡¿¿¿y si desapareceríamos!!!???…

Me encojo debajo las sábanas, la nariz pegada a la pantalla del móvil, y pienso que a veces, no se sabe de donde, se levanta un viento malo que, a pesar del peso que te tiene ligado a suelo, te arrastra ligero como una hoja y, desgraciadamente, perdida la seguridad que tenías, quedas indefenso.

Te estoy imaginando en unos de tus bares con WI-FI, con tu aire de resignación. ¿Móvil o portátil? ¡Seguramente estarás mirando el hombre sentado delante de ti, al cual estarás alterando su equilibrio!

SMS: …la foto que me enviaste ha salido estupenda…

SMS: …recuerda cuando dejamos nuestra prolongada mutua amistad?…

SMS: …sabes lo que empezaste?…

SMS: …un amor que no había por donde cogerlo…

SMS: …o donde mirarse…

SMS: …o donde reconocerse…

SMS: …besarte en la calle es distinto a darte un beso en la cama sabiendo que seguirás allí cuando despierte…

SMS: …tienes diez pecas en tu pecho…

SMS: …en este momento mi gran deseo es que me atrapes en tus brazos quiero respirar con tigo y descansar mi piel contra la tuya…

SMS: …y yo saborear tu piel bajo la mía…

SMS: …en este momento mi gran temor es descubrir que no me amas…

SMS: …no puedo dejar de pensar al sonido de mi cuerpo sobre el tuyo…

SMS: …y que nunca jamás me besaras…

SMS: …en este momento mi gran temor es encontrarme con un posible fracaso…

SMS: …en este momento…

SMS: …mi mano esta vacía…

SMS: …no me escuchas: haz algo para rellenarla…

SMS: …estoy diciendo que podré yo sola…

SMS: …estábamos en tu cuarto de estar riéndonos de aquella cacería de bar en bar y ya entonces hablando de los adioses…

Me acostumbraste a tu impoluta casi escandalosa intrepidez expositiva, colocándome así tan espontáneamente dentro la arquitectura de tus mensajes.

Suponiendo que cualquiera hubiera podido ser admitido en tu “privacy”, simulaste con tan diabólica astucia la mejor acogida para mis contestaciones, programando  calculadísimos efectos.

¡Desafortunadamente, hoy, es esta nuestra forma de andar!

Sabes amor mío, nunca jamás te desnudaste conmigo, sólo me dejaste cierta desolada soledad y siempre, a medio camino entre pensamiento y realidad, abandonaste, para que se corrieran en mi alma, en un cuarto de minuto, tu placer y tu dolor. Y yo, durante esta urgencia de vivirte, perdí el proceso de introspección hacia tu absoluto femenino cuya simbología se encuentra cerrada en los putos SMS.

Sin embargo sigo apostando por tu cualidad de fondo como mensajera, que rehúsa cualquier juego preconstituido, en el uso irreverente  de tu inocencia.

Yo te estoy esperando como siempre y el mundo se despierta a mi alrededor: extiendo un brazo pero no está la única cosa que yo quiero, la única cosa que busco. Sólo me queda el historial del teléfono móvil donde se están acumulando demasiadas soledades y tus correos electrónicos.

SMS: …lo terrible nos afecta…

SMS: …mañana y ayer son como hoy…

SMS: …estamos sin decirnos nada transcendental…

SMS: …es así porque yo soy la princesa numero uno en el mundo y si no me haces caso, me iré…

SMS: …total un discurso que en el fondo no hicimos nunca…

Estuve años esperando que alguien me amara: una completa sustitución de la verdad por la mentira victimaria: la imposibilidad de comprender el “porqué”, como la “utilidad” de la existencia de las cosas.

¡Mi vida!,tú conmigo nunca reservaste cuerpo, alma, orgasmo o virginidad, ¡mi amor!, nunca jugaste a ser mujercita enamorada o complaciente, jamás hiciste de muñeca de porcelana y siempre dejaste que inspeccionara tus dulces pliegues. Con tu sentido del silencio, que es la materia prima de un músico, me humillaste sin cables.

SMS: …ahora, si pudieras besarme…

SMS: …tu piel…

SMS: …temblará tu voz…

SMS: …y la mía y se acabará…

Surgió el problema de cómo sería el futuro…

SMS: …no tuvimos futuro…

Siempre por SMS, me contaste tu decisión de irte, de partir hacía la idiotez…

SMS: …que dices? me perdonas? sí ya veo y te vas no? es inútil…

Sensualidades a cámara lenta, karaokes desafinados y publicidades han contaminado la forma audiovisual de nuestro amor.

Al menos los niños vuelven del colegio, las amas de casa compran para la cena, la luz del día negocia con la de la noche, las empresas y las oficinas cierran cuentas y los recién casados anhelan volver a la cama.

Pero tu has conseguido que nuestro libre amor se mutara simplemente en promiscuidad: ¡todo un abismo!, hasta semántico. Estuvimos demasiados preocupados tratando de resetear este amor.

SMS: …no quise enseñarte nada…

SMS: …la gente no se porta así mi amor de veras que no…

SMS: …vamos no me atormentes, mi vida…

SMS: …no comprendes…

SMS: …cómo es eso, mi vida…

SMS: …créeme, mi amor, te interesa más el límite que el deseo…

Desanimado empecé a descuidar mis archivos, sorprendido por haber acumulando día tras día, capas sedimentarias de risueño clamor.

SMS: … soy la princesa numero uno en el mundo…

SMS: …aquí estoy tranquila…

Aquí ha parado de llover. Lozanía en las calles después de la lluvia intensa. Mañana empieza otra semana y pienso que desearía prolongar la sensación de estar lejos de ti.

No me queda claro todavía el proceso imparable de la situación: un horizonte interrogante y lejano que me esta enseñando un ciego, cortés y sufrido recorrido florecido al borde de la pantalla de mi móvil. Otra vez otro trayecto, otro mensaje y siempre los mismos paralelismos.

Me gustaría conservar la sensación de que este es un pequeño rincón del mundo donde, nada más abandonar la penumbra de mi alma y aceptar tus mensajes, bajo uno por uno los escalones del placer, ajustándome en el buque del amor para empezar a bogar hacía un nuevo rumbo.

Pero conozco cada una de tus orillas y conozco cada detalle de tus MSM.

En la frontera de tu cuerpo realizaras, ¡lo sé!, un salto de larga distancia y mi destino final serán muchos años luz alejado de todo lo tuyo, así que, cuando reciba tus SMS habrán pasado muchos años luz.

Cuando reciba tu correo yo ya no estaré.

SMS: …yo estoy aquí…

SMS: …del día ya no queda nada y estoy muy cansada…

Cuando, por primera vez, me giré sobre de ti, me di cuenta que era amor.A ti o se te ama o se te aborrece. Hay quien dice que eres una falsa tonta, otros que eres torpe, perezosa, dejada, tímida. Torpe y tímida puede ser, pero conservadora, hasta la medida de haber hecho del SMS tu estilo de vida y tu indefensa claridad  explica tu éxito.Tú no zapeas si no tienes como mínimo más de tres celulares que te están esperando. Tecleas los SMS como si fuesen improvisaciones vocales. Es tu forma de  “literatura oral”, ¡toda una provocación!. Y no es verdad que eres una incompetente: lo afirmas sólo para poder esconder a los demás tu desgana. Y así en tus jodidos mensajes hablas con tu jodida desenvoltura de cine y de psicoanálisis, de ideologías políticas y de feminismo, de dios y de la muerte, de amor y de piedad. Te embalas en un mundo fantástico, poniéndote en perfecta sintonía con quien te recibe.

Eres descuidada y perezosa, lo eres tanto que uno de tus ideales de vida sería transcurrir los días fantaseando en la más completa inercia. Sufres un mortal complejo de inferioridad y te agitas y ahogas en este concepto, aunque tengas de sobra la cualidad necesaria para conseguir ciertos fines.

SMS: …mi amor…

SMS: …creo que hay todavía algo de íntimo dentro de nosotros…

SMS: …las pasiones nos rozan y queman…

SMS: …queda simpatía…

SMS: …acuerdo…

SMS: …y aún desentonamos en tremendas aversiones el uno al otro…

SMS: …y somos capaces de odiarnos…

SMS: …yo me olvido de mi misma para poder amarte…

SMS: …mientras tú te salvas con tu egoísmo…

SMS: …tus aventuras y tus vanidades…

SMS: …yo poseo sólo el amor…

SMS: …tú distraído me amas…

SMS: …mi dolor es sólo una primavera una regla para sobrevivir…

SMS: …ahora fuera sopla un fuerte viento…

Últimamente he seguido haciendo con desgana y tu repentina tournée ha sido la promotora definitiva de mi fastidio. Pero he seguido trabajando y cuando me quise dar cuenta, mi corazón ya se había secado. Ahora voy buscando tu silueta en todas partes, a pesar de que sé, que no podrías estar ya en ningún lugar. Hemos vivido un happening,que ha durado demasiados años.

SMS: …va todo bien?…

SMS: …ehi!!!!!!!!!!!!!…

SMS: …hay un montón de cosas que recuerdo al fin y al cabo aquí no tengo nada…

SMS: …por ejemplo?…

SMS: …por ejemplo cosas como la maravillosa oscuridad…

SMS: …cosas como el sonido de los días aburridos…

SMS: …como la sensación de paz encogida en el asiento del coche…

SMS: …como la divina sombra que llena el pliegue de una falda…

SMS: …o la rendija del  corazón…

SMS: …como la suavidad de un cuerpo desenvainado…

SMS: …y también ya sabes cosas como el tiempo ingrato…

SMS: …como el olor del café…

SMS: …como el sonido de un camión pasando en el silencio de la noche…

SMS: …como el olor del asfalto mojado por la lluvia

SMS: …son cosas como esas las que tengo presente siempre…

SMS: …que tengo presente siempre…

SMS: …es que estamos lejos muy muy muy lejos…

SMS: …pero a lo mejor las ataduras y las introspecciones van más allá del tiempo y la distancia…

SMS: …lo has pensado?…

SMS: …sabes?…

SMS: …probablemente…

En general un SMS, en su comprimido espacio dialéctico, promete glamour, provocación, placer e inquietas y/o apaciguadas imágenes. En nuestro caso ha proporcionado también un debido cruce estilístico. Ha sido cómo un collage electrónico, hasta llegó a representar un ejercicio de exagerado sensacionalismo preposicional.

Ha pasado mucho tiempo y ahora sí recuerdo muy bien cuándo empecé a escribir mensajes que nunca fueron enviados: lo que he olvidado es el porqué no se enviaron. De lo que estoy seguro es que tú realizaste un gran salto de larga distancia definiendo finalmente mi destino. Te proyectaste a muchos años luz de distancia alejándote de todo lo tuyo y más allá aún del glamour, la provocación y el placer.

Cuando reciba tus SMS habrán pasado muchos años luz.

Cuando reciba tus correos yo ya no estaré.

Aquí, a mí lado, los niños finalmente hacen los deberes, las amas de casa preparan la cena, la luz del día invita a la de la noche, las empresas y las oficinas cierran y las parejas recién casadas juran no dejarse.


[1]Interpretación de: “Noticia” by Ricardo Piglia 04/06/2011

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