Así no podré enamorarme de ti
El frigorífico está cerrado. Y el simple hecho de estar así, impávida frente a la puerta aséptica y fría del estúpido electrodoméstico, me provoca una impotencia desbordante y no puedo contener las lágrimas. -Quiero chocolate –murmuro. No lo hay. El sistema que controla mi dieta y mi frigorífico ha descartado esta semana los alimentos hipercalóricos...
