No soy lo que quisisteis.
-El hombre tiene que oler a hombre – me decía siempre mi abuela. No se refería al olor tras el esfuerzo físico en las labores del campo, ni a la Brummel del baño. Cualquier variación del guión establecido para el heredero de la casa, estaba censurado. Rogaba que en un futuro, mi primogénito fuera varón...