Un beso, dos mensajes, un fin.
La tarde era gris, casi lúgubre, la niebla descendía desde el páramo sobre el parque desdibujando las figuras humanas, en medio de la opacidad, los apamates en flor coloreaban el paisaje fundiendo el suelo con el cielo entre una lluvia de florecillas rosada; era como un mar rosa desperdigado sobre el concreto, resbaladizo para los...