La frialdad de un beso.
Mientras la fresca mañana recorría los días para llevar acabo su curso, Carlitos, un niño de cuatro años saltaba con esmero de su cama y lleno de emoción, se dirigía a la cocina, donde doña Carmen cocinaba alegremente el banquete que sería para sus seres queridos, y en primera fila para su bebé. No había...