Amor de barro. (Inspirada en «Ghost: La sombra del amor.» 1990)

Se refleja en una escena el poder de seducción, las más recónditas y apasionadas sensaciones que provoca y aviva en mí tu presencia. Un acto que fulgura el arte para expresar sentimientos, el dispuesto de sentir y expresar para no morir. La construcción del amor en cada caricia, Fusionar el alma al arte de rozar tu piel. La firma de una obra perfecta en un beso que eriza cada centímetro de mi tez.

Un comienzo que reemprenderá en la memoria por aquella escena que transgrede el tiempo y el lugar. Una captura de emociones que tocan la fantasía y el deseo de integrar el sudor de los cuerpos, las cercanías pavorosas, la jadeante respiración. El deseo de ser quien besa la piel, de ser a quien esculpas su cuerpo. De enlazar en lo efímero del instante vivido, el arte compartido de tu piel y mi piel.

El erotismo que descarna pudores, que desnuda el alma y me acerca a tu roja boca. Que se funda en arcilla el hombre y la mujer, que se desnude el deseo y despliegue en un beso el desvelo que provocas, que ya no resten segundos tan distantes de tu boca.