UN BESO CARMESÍ
¡Que no daría yo por un beso! No uno cualquiera, no. Sólo me rasgaría las vestiduras por un único beso: el tuyo. Como si fuera hoy, recuerdo aquellos besos a la sombra del azahar en las largas tardes de estío y aquellos besos furtivos que nos dimos a la luz de la...