Corre el sudor, tiembla la piel, sube el calor y el beso comienza.
la textura de esos labios se une a esa otra boca, de manera suave pero violenta. traen con ellos horas pesadas y ansiedad por ese otro cuerpo.
El fin es transparente y preciso, matar a ese beso, los ojos no son testigos de ese acaecimiento, no quieren ver morir a otro, no pueden ver morir a otro beso.
Muerte complaciente, expiración premeditada, el final es la muerte.
Pero otros nacen, en otros deseos, otras horas, otros cuerpos.
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