El extraño caso de John Watson
Cuando empujé la puerta, junto al fuego de tres veladoras me esperaba aquella Venus semidesnuda. Podría afirmar que entre todos los amoríos que tuve, nunca vi mujer tan hermosa. Ella era un oleaje de carnes frondosas y torneadas que demandante esperaba entre los velos perfumados de la noche. Hasta ese momento creí que se trataba...