EL TELÉFONO
Ahí está, en silenciosa espera, aún se puede encender pues tiene la batería cargada. Me pregunto si le quedará saldo para hacer llamadas; sin embargo, ya no hay voz, ni voces. Si es que alguna vez existieron… Ya nada importa una voz ya no se escuchará… — ¡Aló! oye, déjate de tomar ¿me hechas de...