Mi abuela
Mi anorexia me alcanzó a los quince años. Recuerdo una época de largas discusiones con mis padres quienes finalmente decidieron que me fuera a vivir a casa de mis abuelos, para ver si así me distraía y me podía curar. Allí pude intimar más con ellos. Me parecieron unas personas que por entonces rondaban los...