Te quiero en flor
La voz de mi madre me despertó. Huele a crisantemo. ¡Qué horror, olor a muerto! -pensé. Cuando era niña solía ver esta flor en cada velatorio. Decidí volver a cerrar los ojos, a pesar del miedo, no quería verla de nuevo allí, inmóvil por siempre. Ojalá pudiera salvarle. Sí, aún la extraño demasiado… Y, repentinamente,...