El sumiso del jazz
Era una noche cualquiera, una más de tantas. O eso creía la gente, absorta en sus miserables vidas llenas de cotidianidad. Para mí, era la noche de mi libertad. El jazz, fuerte y estruendoso, resonaba por toda la habitación. Su ritmo dorado combinaba perfectamente con el palpitante rojo de la sangre. La ceniza de un...