Relámpago con sabor a chocolate.
De la nada, surge la pausa. El paladar de aquel niño se estremece al saborear el recuerdo, pues tirita de frío cada una de sus uniones moleculares, ya reprenderá su padre, pero el jugar en la lluvia es lo segundo favorito de su existencia. Entre las goteras emocionales y el solventar del tic-tac, llena sus manos...