Máquina del tiempo

Máquina del tiempo

Andres Scherer

26/07/2020

He descubierto una máquina del tiempo y pensé que, si alguna vez lo llegaba a hacer, mi estado de felicidad sería algo inefable, inenarrable. ¿No es cierto? ¿Quién no quisiera viajar en el tiempo? Probablemente todos. Y si te pregunto, ¿qué es lo primero que harías? ¿A dónde irías? ¿A quién visitarías? Es muy probable que tengas a alguien en mente. Sin embargo, este artefacto funciona de manera independiente.

He descubierto una máquina del tiempo y no decido cuándo regresar al pasado… es algo que sólo sucede. Y, aunque parezca raro, este artefacto me hace viajar en los momentos que menos pensarías. A veces pasa cuanto estoy picando una salchicha, otras cuando le quito la cáscara a un huevo recién hervido. Pero no pienses que sólo me lleva al pasado cuando hay comida, sucede también mientras lavo los platos y veo la soledad con que mis pies besan el suelo. Alguna que otra vez me ha sucedido que, estando en mi escritorio, abro la gaveta equivocada y me topo con un pequeño suéter gris. Me sucede todo el tiempo esto de usar la máquina.

He descubierto una máquina del tiempo y a veces solamente con el ruido puedo ya viajar. Es increíble lo rápido que puedo regresar cada vez que escucho a la chica mexicana cantar. Regreso cada vez que le cambio la letra a su canción. Pero, de nuevo, no vayas a creer que todo es música. A veces al servir la comida en su plato, mi mente extraña ese molesto gruñido de queja e impaciencia.

He descubierto una máquina del tiempo y a veces los viajes se vuelven terriblemente difíciles de vivir. «¿Cómo se vive la muerte?» me preguntaba luego de que pasó. La máquina, de alguna manera, intenta respondérmelo aunque no entienda bien cómo funciona. Siempre que me veo los detalles negros en mis brazos, regreso. Siempre que me acuesto a dormir y reparo en el vacío que hay al final de la cama, regreso. Siempre que miro esa pequeña caja de madera con su nombre enmarcado, regreso. Pero si hay un momento específico al que este artefacto me hace regresar, es a ese 29 de agosto donde descubrí esta máquina del tiempo.

Edgar Allan Poe escribió una vez: «La memoria de la felicidad es la angustia del hoy», y aunque no me guste creer en eso, cada vez que viajo Ella me lo confirma.

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