La venganza
Nuestra casa era bastante grande, aparte de albergar a mi marido, mis hijos Elena y Leo y a mí, contaba también con la compañía de Cane, un perro de raza indefinida, una gata castrada e imponente llamada Gatta, y Loro, un ave que sólo sabía decir “¡socorro!” con una voz chillona y muy desagradable. La casa tenía una habitación fundamental,...