Un café tardío.
Bajó de un salto la escalera del tren intentando controlar sus nervios -tenía que parecer sereno- se miró los zapatos pulcramente acicalados, tanto que denotaban un extremo cuidado en su apariencia. Se aproximó a la terraza de la cafetería que estaba a pie de andén, sentándose en la primera mesa libre. La camarera se acercó,...