El último tren.
La abrazó con ternura. Ella se revolvió entre sus brazos saboreando el cálido encierro. La miró a los ojos, pensativo, unos segundos eternos para Leonor, que hubiera querido decir algo, detenerlo, impedir su marcha. Leonor, sus ojos negros bañándose en lágrimas, negándose a dejarlas caer, los rojos labios carnosos, callados, cerrando el paso a una...