Desde Perú
Y llegó el momento… Tras 15 días de juegos, diversión y mucho amor, Miguel se encontraba allí, de pie, con los ojos humedecidos, viendo a Mariela partir. No entendía su tristeza, pues con tan sólo 9 años ya había visto a muchos voluntarios marchar, pero Mariela… ella era diferente. Él sabía que ella le entendía...