DESDE EL ANDÉN
Las lágrimas desbordan mis párpados mientras espero al último tren. He pasado la noche despierto al lado de ella, ambos evitando rozarnos con extraña y dolorosa cortesía, como dos desconocidos que por circunstancias se ven obligados a dormir en la misma cama. Ayer me dijo que me quedara unos días más. Eso fue horas antes...