Chupasangres
LOS SUPERVISORES LLEGARON pasada la medianoche. De pie junto a la puerta, se sintió realmente frustrado al verlos entrar. Nada que hacer. Aproximadamente a un metro de distancia yacía una mujer. Uno de los hombres se acercó y con malicia le pellizcó la mejilla. Después retrocedió. La mujer no hizo ningún movimiento. —No la muerdas,...