No Hay Futuro
suena de nuevo esa infernal sirena que anuncia volver al trabajo. Monótono, sencillo, carente de emoción alguna. Para mis colegas, apenas si un saludo algo triste. He vivido poco como para sentarme a hablar algo medianamente interesante y, a la media tarde, cuando debo salir fuera del lugar, observar el humo que produce la industria...