EL CUENTACUENTOS
Ciertamente era depresión. No podía ser de otro modo. Mientras preparaba su gran carpeta de dibujo y un caballete que se agenció en un desguace familiar, por poco precio, Fausto seguía dándole vueltas a la misma idea: nunca se daría por vencido. Metió el vaso que contenía la vela que cambiaba de color en un...