LA PLANTA DE LA ARMONÍA
Aarriba Marqui, aarriba Marqui…ya salioel solcitooo… Cantaba Mónica, mientras exprimía la naranja con una mano y con la otra bajaba el fuego de la hornalla para que no hirviera la leche. Marquitos se resistía a levantarse. Ella no pretendía ser brusca, pero el tiempo apremiaba. Por fin logró calzarle el guardapolvo a cuadros verdes, lavarle...