Nueve horas diarias
A Luisa le suena el despertador a las siete y media todas las mañanas. No el móvil; el despertador. El mismo que le ha despertado los últimos, ¿qué? ¿veinte años? Por lo menos. Se levanta y se pone el uniforme. Las duchas se las da cuando vuelve, casi de noche; no soporta el olor a...