DESEMPLEADA POR SINIESTRO
La angustia me oprime el pecho, siento la necesidad de despegarla de mi cuerpo como si fuera una camisa sucia y vieja que puedo sacarme por el cuello. Pienso en esto mientras espero la notificación en mi celular, mi último pago, los últimos tres mil pesos con los que se concluye una historia de diez...