Postal para Emily Dickinson
Querida Emily: Mis ojos te contienen y no quieren soltarte en esta hora preciosa, porque el tiempo es como un niño jugando a lanzar piedras al estanque. Las ondas dibujadas son nuestras heridas: unas se extienden hasta casi tocar la orilla, mientras otras simplemente se hunden. ¡Qué niño tan necio es el tiempo! Lo que...