Acta del Jurado de Historias del viaje 3

En Madrid, a 31 de octubre de 2018

Un jurado compuesto por profesores de Talleres de escritura creativa Fuentetaja y por miembros de la Fundación Escritura(s), presidido por Enrique Ferrari, ha decidido conceder los premios y menciones que se indican abajo.

En esta tercera convocatoria de Historias del viaje han participado 435 relatos. Ha habido 35.829 votos emitidos por 12.004 personas. El número de lecturas ha sido 87.794 (lo que hace una media de 202 lecturas por obra).

PRIMER PREMIO

dotado con 300 euros en metálico

Pedro Luque, por «Pescadores de almas«

Muy cuidado, muy medido, es una narración excepcional de la vida en la India. El narrador, en primera persona, hace un ejercicio muy sólido de extrañamiento, de percepción y de comprensión del otro. Solo dedica las primeras líneas para ubicarse él en la escena (en las escaleras del hotel) para, desde ahí, riguroso y exhaustivo, describir la vida en Varanasi (Benarés), a la orilla del Ganges: primero lo sagrado, con la purificación en el río, la estampa más reconocible de la ciudad, y luego lo cotidiano, las familias reunidas, los niños jugando, o los animales en la calle, para ampliar el plano lo máximo posible. El texto está además enriquecido con 9 fotos, con una ambición estilística indudable, que, al igual que la música al comienzo, encajan perfectamente creando una atmósfera envolvente.

PREMIO AL MEJOR LECTOR

dotado con el videotaller “Mirar para contarlo” de Martín Caparrós

María Fernanda Valdez

Por sus comentarios exhaustivos, rigurosos, amables, extensos muchos de ellos, y por su intensa actividad en el Club como lectora.

PREMIO AL RELATO MÁS VOTADO POR LOS USUARIOS

dotado con el videotaller “Escritura de viajes” de Javier Reverte

José Luis Chaparro, por «La grieta«

Ha obtenido 527 estrellas, 1354 lecturas y 281 comentarios (a 31 de octubre).

EL JURADO QUIERE DESTACAR TAMBIÉN LAS SIGUIENTES OBRAS

Por orden alfabético

Amanda Smidth, por “París

Es un texto interesante, dividido en dos por los 50 años que transcurren entre el primero y el último viaje a París de su narradora. Muy joven, casi una niña, en ese París de 1930, narra con un tono intimista bien trabajado primero la realidad que descifra detrás de la intención de sus padres de enviarla con su tía y luego su vida en París y su relación con un Jean Paul que más tarde, tras el salto a 1980, sabrá el lector que es Sartre. Bien escrito, destacan la recreación del ambiente parisino anterior a la guerra y, sobre todo, el cambio de registro de la narradora (y personaje principal) con el paso de tantos años.

Claudia Brasseur, por “Sin retorno

El relato tiene limitaciones importantes, y bastantes erratas, está poco cuidado, pero la historia que queda detrás es buena, es capaz de trasmitir la angustia del protagonista y, con la de este, la de un país entero que teme a militares y guerrilleros. El viaje en autobús, y su final abrupto, funciona bien como metáfora contundente.

David Galicia Ardón, por “Guatemalan in New York

La estructura del relato no está cuidada del todo, pero tiene elementos que lo hacen muy interesante: sobre todo uno: cómo trasmite descarnadamente el dolor de sentirse extraño, de no verse capaz de integrarse, ni siquiera en su vuelta a casa. Los viajes –la emigración– se convierten en el puntal de la biografía del narrador, pero centra el relato en su estancia en Nueva York, para acabar dándole, en un giro un tanto brusco, el protagonismo a la ciudad americana como receptora de viajeros, hecha mayoritariamente de personas que han llegado de fuera.

Fernando Fantín, por “Donde yace el olvido

Franqueado por Cernuda y Gardel, el texto está muy cuidado, bien medido, con una carga poética muy intensa por momentos. El relato es la historia de un regreso: el narrador, argentino, vuelve con su mujer a Mundaca. En el primer párrafo trasmite bien su nostalgia por el pueblo, pero esa vuelta tiene más que ver con un reencuentro: con su matrimonio ya herido de muerte quiere volver a ver a una antigua, efímera, novia, Nayara, mientras su mujer espera en la habitación del hotel. Pero tampoco sale bien ese segundo encuentro.

Gregorio Vega Cuesta, por “En el camino

Es un relato eficaz, bien escrito, el registro exhaustivo de una jornada de viaje por Guipúzcoa, con un tono sereno, optimista, que hace del narrador, en primera persona, un buen guía.

Hernán Marcelo Ferrari, por “El azote

Funciona bien el relato, con esa atmósfera de gimnasio de barrio y del boxeo amateur, y la precisión en los detalles y la cadencia del texto, con buenos diálogos y un narrador eficiente que cuenta bien una historia de superación personal (el boxeo es un ámbito muy dado a esto) que se trunca, ante la candidez del protagonista, con un desenlace quizá demasiado explícito.

Javier Ruiz, por “Trece millas

La historia es manida, con una pareja de atracadores psicópatas y dos camareras muertas en un bar de carretera en la ruta 66 a su paso por Kansas. Pero el texto resulta sugerente por la voluntad de su autor de darle la vuelta a la atmósfera que tanto le debe a la estética popular norteamericana, hasta casi caricaturizarla, como caricaturiza a los personajes, con un narrador muy visible, que llega incluso a deconstruir varias escenas del relato para remarcar la distancia entre la acción y la narración.

Javier Russelleco, por “Congo

El viaje hecho por obligación, sin ganas, también funciona bien en la narrativa de viajes. Con su primera crisis matrimonial en ciernes, el protagonista, agotado y desmotivado, debe viajar a un país como la República Democrática del Congo para hacer un trabajo (humanitario) por el que ya no siente interés, lo que añade a la narración de los acontecimientos una pátina con sus reflexiones pesimistas, negativas, pero que le dibujan también una personalidad atractiva como narrador.

José Luis Paredes Corzo, por “Preludio para las bicicletas

También los pequeños viajes pueden ser grandes viajes. El de este relato queda lejos del viaje por turismo, y eso le permite, con un narrador honesto, humilde, simpático, acercar al lector otra realidad hecha de elementos muy sencillos, pero que resulta muy atractiva como gesta, sin necesidad de sobredimensionarla.

Verónica Avilés, por “Neblina

Funciona muy bien la asociación que hace la narradora de la música con los personajes y, por extensión, con el viaje en coche que concentra la acción del relato. Es un ejercicio casi de sinestesia, por cuanto la música es capaz de trasmitir lo que siente la protagonista por sus amigos.

Otros relatos seleccionados

Adriana Mesiano, por “Despedida con amor

Carlos Olarte, por “El río y el profesor de miércoles

Carlos Tornel Jiménez, por “Cita en Kamiya

Cecilia Barreto Vecinday, por “Por la libre

Darío Besada, por “Tarde de confesiones

Fran Nore, por “Ciudad tomada

Inti Martínez Gaytán, por “Triana

Jesús María Martínez del Rey, por “Esferas

José Luis Chaparro, por “La grieta

María Vázquez Ontoso, por “Dos horas de viaje

Norberto Gómez Ramírez, por “El día que ella conoció el mar

Norberto Kleiman, por “Andante con moto

Óscar María Castro Olivera, por “El encuentro

 

Gracias a todos. Oportunamente nos pondremos en contacto con los ganadores para la entrega de premios.

La decisión del jurado es inapelable y la organización no puede mantener correspondencia sobre los aspectos del premio. Existe un espacio de comentarios que la organización consulta periódicamente en busca de observaciones que nos permitan mejorar sucesivas ediciones. Os animamos a usarla para comunicarnos vuestra impresión sobre este concurso.

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