En Madrid, a 29 de octubre de 2020
La cuarta edición de Historias con sabor, convocado por la Fundación Escritura(s) junto a El Náutico de San Vicente do Mar, Bodega Remigio de Salas y Talleres de escritura Fuentetaja, ha reunido 445 relatos que han recibido 54.462 votos y 87.344 lecturas (a 29 de octubre), lo que supone una media de más de 196 lecturas cada obra.
En este concurso, tal como se indicaba en las bases, una primera selección la han hecho los propios miembros del Club de escritura con sus votaciones. Una vez descalificados aquellos relatos de los autores que no han cumplido con el pacto ético, se le ha pasado al jurado, integrado por profesores de Talleres de escritura creativa Fuentetaja y miembros de la Fundación Escritura(s), los 50 relatos con más puntuación. De ellos, el Jurado ha elegido al ganador y a los 20 finalistas (destacando a 3 de estos).
Primer premio
Dotado con 300 euros en metálico, una experiencia inmersiva en El Náutico y una visita guiada a la bodega Remigio de Salas, con el obsequio de 3 botellas de vino Las Luceras.
Antonio Francisco Pineda Méndez, con «La maldita sopa de tomate«
El relato funciona con una única escena, con la agonía y muerte del protagonista en una cama de hospital, que se expande y calibra su dramatismo a partir de los recuerdos y alucinaciones del enfermo, que focaliza en dos elementos: la sopa de tomate que tomaba en su infancia y la monja que lo obligaba a comerla. Con una estructura circular que le da al texto una fuerza narrativa notable, sor Teresa y la sopa aparecen al comienzo del relato, como recuerdo, antes de contextualizarlo el narrador, y al final, como alucinación, para acompañar al enfermo en sus últimos momentos, en un gesto, con esa frase final, que tiene inevitablemente algo de irónico.
Relatos finalistas
Por orden alfabético
Alicia Weber, con «María«
El relato encadena descripciones brillantes, con una adjetivación cuidadísima, con una sensualidad que se va desplazando de un ámbito a otro con una transición apenas perceptible en el vocabulario: primero María, su cuerpo, luego su modo de comer, descrito con la misma sensualidad con que ha sido descrita ella, luego el sexo y finalmente su muerte, de un ataque al corazón, que encaja perfectamente con el resto de sus experiencias, como esa última recreación, vuelta en sí misma, en sus propios sentidos.
Benjamín Millán, con «La cocina de mis sueños«
Es un ejercicio intencionadamente nostálgico: remite, con una carga emotiva clara, a un tiempo que personifican su abuelo y su madre, pero la consistencia le viene al relato de la destreza del narrador para volcar la información gastronómica que lo nutre: exhaustiva, precisa, muy cuidadosa en la descripción del proceso completo, que incluye su presentación en la mesa y la propia comida. Es muy eficaz: tanto que las 3 últimas líneas, tan conclusivas, no hacían falta.
Helena Práxedes, con «Caramelo, jamón y sangre«
El narrador, un psiquiatra, reconstruye las sesiones que tuvo con uno de sus pacientes, traumatizado desde su infancia por una violencia que asocia con los olores y sabores de esos años, verdaderos disparadores de sus recuerdos, de los que no puede escapar. El final trágico, con el suicidio del paciente, le permite al relato (muy consistente, bien escrito y estructurado) un segundo plano al centrarse en el narrador, convertido él o ella en segundo protagonista, que queda retenido también en el pasado por sus olores.
Relatos seleccionados
Por orden alfabético
Aldebarán Elías, con «Bocachico»
Alicia Prack, con «Temporada de quinotos»
Bruna Mayo, con «Muy mojada»
Esther de la Rosa González, con «Hola, imbécil»
Henar Tejero Pascual, con «Saboreando recuerdos»
Hermenegildo Rodríguez, con «A fuego lento»
J.J. Hamilton, con «Las no-sé-qués»
Jorge León Sánchez, con «Un trabajo en Manhattan»
José Luis Chaparro, con «Comida casera»
Marylis, a veces Mary, con «Chocolate y vino»
Nadia Cecilia, con «Su receta»
Nortito, con «Manojo de hierbabuena»
Nuna Katari, con «Helado de coco»
Pablo Bigeriego, con «Kika»
Roberto, con «Una probadita»
Sara Morató Rubio, con «Experiencia gastroerótica»
Silvia Marteniuk, con «Con sabor a eneldo»
Sol Sánchez Montoya, con «Celebración de Navidad»
Yomismosoy, con «Jalapeños»
Yuliya Turavinina, con «Verániques de cereza»
Premio al autor más votado
Dotado con el videotaller «Escritura analógica» de Agustín Fernández Mallo
Benjamín Millán, con «La cocina de mis sueños«
Ha obtenido 606 votos, y, a 29 de octubre, 1,414 lecturas y 579 comentarios.
Premio al mejor lector
Dotado con el videotaller «Escribir los sentidos» de Cristina Sánchez-Andrade
Diego Guallart Gil
Por sus valiosos comentarios, amables, generosos, pero también con críticas constructivas acertadas que ayudan al resto de escritores a mejorar sus relatos.
Gracias a todos. Oportunamente nos pondremos en contacto con los ganadores para la entrega de premios.
La decisión del jurado es inapelable y la organización no puede mantener correspondencia sobre los aspectos del premio. Existe un espacio de comentarios que la organización consulta periódicamente en busca de observaciones que nos permitan mejorar sucesivas ediciones. Os animamos a usarla para comunicarnos vuestra impresión sobre este concurso.
OPINIONES Y COMENTARIOS