MORIR EN LA FE

8 de febrero del 2022

Por mucho tiempo he dejado de escribir, la verdad ya no me siento con ánimo de seguir. Veo a mis compañeros universitarios vivir tranquilamente, mientras yo me aíslo al preguntarme por el sentido de la vida. Esta soledad inexplicable sucede cada día con más frecuencia, y la mujer a la que amo es mi único camino a la normalidad, pero no sé hasta cuando seguirá esta lucha. Le decía «eres mi tesoro» pero cuando la noche me envolvía en sus sombras me preguntaba «¿Si era mi tesoro, porque la apuñalaba por la espalda?» Los días pasan y sigo perdido, espero que Dios algún día me libere de mis cadenas y tormentos. O tal vez ya lo hizo, pero como he vivido tantos años en cautiverio sigo sintiéndome esclavo.

Ha pasado una hora y he vuelto a escribir, me quedé mirando el vacío de la oscuridad que se impregna en mi habitación esta madrugada, ¿no hay nada más? Vaya tragedia mi vida ¡Dios, ayúdame!

Creo que me dedicaré desde ahora a escribir sobre los santos, cuando investigo sobre sus obras, siento una admiración hacia ellos y miedo por lo que me espera, pero ese es el camino de la fe, morir por ella para encontrar la VERDAD.