I

Lejano

Escucho tu voz tan cerca en sueños,

pero tu cuerpo yace lejos, a kilómetros enteros,

el día se hace eterno, las horas van sin prisa

y llega la noche anhelada, con tu voz como una brisa.

Veo como van cambiando las estaciones,

como se olvidan ciertas canciones,

como pasan los días de nieve inclemente,

a florales tiempos de lluvia reciente.

En alguna parte y en algún momento

dormiremos juntos de nuevo, en gran reencuentro.

Por ahora no te vayas, ni por un segundo,

que quedaría yo desolada y mi cuerpo moribundo.

Las horas y las tardes se confunden mientras vuelo,

lejos a otras tierras donde por ti me desvelo.

Pero he entendido que a ti te andaba buscando,

ya no hay más duda de que sólo a ti te quiero.

Y yo aquí, lejana,

al otro lado del océano, espero.

II

Llueve

Llueve para quien el cielo ya no trae esperanza
llueve para quien llega tarde la añoranza
llueven las hojas de los árboles otoñales
lluvia y niebla espesa en sus días finales.

Es tarde ya para sumirme en tristeza
es tarde para las voces en mi cabeza
tarde para que me eleve por los aires
es tarde para ese viejo dolor que traes.

A veces viene con una canción
a veces trae consigo una nueva lesión
a veces el alma pregunta por sus ojos áureos
muchas veces siento que será un adiós.

Me aprieta el corazón desesperanzado
me dice tu voz que te ame así, alado
pero yo te siento ausente
y me dice la razón que es diferente.

Llueve en el jardín foráneo
llueve en mi pensar idóneo
llueve en ti el tiempo que ha pasado
y llueve en mí también este sueño abandonado.

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