Almas gemelas planos distintos.

¿Te has preguntado si tus padres te ocultan cosas?

Aneí sentía que sus padres le ocultaban cosas, y ella quería descubrir que era, cada día se sentía más sola por las tardes, ya que sus padres dormían todo el día, para trabajar de noche, cuando sus padres salen a trabajar, ella se queda con su novio, el cual solo puede ver por las noches.

Día tras día, ella espera la noche con más ansias, pues sospecha que algo está por descubrir, llena de magia y secretos.

Esta es la historia de 2 enamorados, una niña de 13 años quién vivía en un bosque apartado del ruido y la angustia de la ciudad, la adolescente tenía unos padres muy poco agradables, pues a ellos no les gustaba que saliera ni siquiera a sentir el cálido clima que había fuera del bosque, desde pequeña jamás vio o sintió lo que era la ciudad, pero siempre anheló ir hacia allá, donde la luz se veía brillante y dudosa, se preguntaba ¿Por qué aquella luz de noche se veía tan desafiante?

Tomo la luz con la palma de la mano y se dijo a si misma que conocería aquel paisaje tan constelado.

Ese día, por la noche tomo la almohada y cayo profundamente, como si fuese a otro mundo, estaba su amado, la persona con quien ella pensaba en el día y anhelaba por la noche, en la tomo del brazo, y le prometió mostrarle la vida que ella mas quería, cayó de rodillas y de pronto un dolor en el pecho comenzó a hacerla estremecer, entre una vista constelada y un agrio sabor de boca, abrió los ojos, vio a madre y al padre asustados preguntándole si estaba bien, ella con ojos almendrados le respondió con una simple sonrisa, a lo que a los padres sorprendió, ¡Aneí! Grito el padre, Aneí aturdida pero entusiasmada exclamo con felicidad, el que haya llegado a su casa, la llenaba de felicidad, ya que ambos trabajan de noche, los padres de Aneí la abrazaron y fueron a dormir.

Por la noche, paso lo inesperado, pues aún no era hora de que los padres de Aneí fueran a trabajar, Aneí fue a la recamara y no los encontró, se dirigió hacia la cocina y no encontró nada, paso un largo tiempo buscando, se escuchaban sonidos extraños, sonidos que no acostumbraba a escuchar en tan silencioso lugar.

Se recostó, tomo la almohada, inhalo profundamente y ahí estaba su amado, le tomo la mano, corriendo la llevo hacia un lugar oscuro, dentro del bosque.

-¿Qué pasa? Pregunto Aneí

El no hablaba, era mudo, le mostro en donde estaban sus padres, a través de la panza de un venado descuartizado.

Aneí al ver a través del venado desmayo, pues lo que vio la dejó helada. Comenzó a gritar con el mismo miedo al ver que un animal grande se acerca para comerte, la primera lagrima rodo y el vomitó, salpico al mágico venado.

Lo que vio la dejo paralizada por minutos, cuando reacciono, el ya no estaba, comenzó a correr, el clima era muy frio y lleno de tiniebla, volteo al cielo y encontró una pista, pues el hombre del que ella se había enamorado, cada día le dibujaba en las estrellas una hermosa puerta, ella floto y entro, pero fue lo peor que había hecho, pues ella sabía que había sido él, sabía que estaría ahí, al ver se encontró con su antigua amiga imaginara, encontró a perros flotando, no recordaba de donde los conocía, pero los conocía, un perro tenía en el hocico un mapa corto pero muy enredoso, lo tomo y comenzó a caminar en la dirección que el libro marcaba, escuchaba una voz, fina y delicada, camino más y escucho otra voz distinta, esta sonaba más aguda y como si estuviera espantada.

Llego a un túnel, el túnel era espeluznante, tenia espinas, tenia escarabajos, pero lo más espantoso, es que se escuchaban las voces más cerca, no tenia luz esa parte del bosque, camino y de pronto sintió un abrazo cálido y sabroso,

-Aneí pregunto ¿En dónde estoy? Nadie respondió, camino y llego al final del túnel, estaba una corbata, camino más y encontró un alambre de púas, camino aún más, encontró un moño de niña, al parecer.

Aneí dio la vuelta y comenzó a correr, pero todo estaba blanco, no había a donde más ir, pues todo lo que ella había recorrido desapareció, solo tenía un camino, estaba sola, hambrienta, sedienta, con miedo y desesperación, no tenía más remedio que caminar hacia donde el mapa decía, de pronto, vio luces como de una cabaña, corrió y al verla de cerca, vio que era su misma casa, solo que esta estaba sucia y olía muy mal, corrió a buscar a sus padres, pues su madre no había estado bien, había engordado y se sentía cansada, a lo que Aneí sabia posiblemente tendría un hermanito, con toda la incertidumbre y desesperación, se adentro a la casa, busco a sus padres por toda la cabaña, no encontró nada, las voces se habían silenciado, menos una, provenía de el cuarto en donde ella dormía, llego al cuarto, encendió la luz, presto atención de donde venia el sonido, se dio cuenta que el sonido venia de la almohada con la que ella dormía, y la voz era de su amado, levanto la almohada, y la abrazo, de pronto la almohada comenzó a perder la luz que tenía, Aneí asustada la dejo caer y empezó a prender las luces de su casa, cuando de pronto ve un espejo, se mira a sí misma y se pregunta qué está pasando, reflejos coloridos se veían pero no podía ver más que luces flotando, cuando volteo a ver su estómago a través del espejo se asusto y grito como nunca antes había gritado, veía caras de niños y veía la cara de su amado, comenzó a vomitar desfrenadamente, las luces que vio a través del espejo se habían ido, los rostros de su estomago también, llorando y suplicando despertar, voltea y ve que van entrando sus padres, Aneí corre hacia ellos y los abraza, pero no eran sus padres, eran solo el cuerpo de sus padres, en eso corre al hatico en donde ella tenía prohibido subir, el cuarto no tenia luz, pero ella carga con ella una linterna pequeña por los insectos en las noches, al abrir los ojos vio junto a ella dos niños, una niña y a su amado, no sabía que sentir, ya no tenía miedo, solo los vio a los ojos y vio en ellos su propio reflejo, se sentía confundida, pero dentro de ella sabía que algo malo estaba pasando, estaba sentada, sin poder moverse, de pronto su amado tomo un álbum de fotografías la coloco en las manos de Aneí, al verlo rodaron lagrimas por los ojos de Aneí, pues estaba viendo los objetos que había encontrado durante el camino, el alambre de púas, la corbata y la almohada, todos ellos fueron asesinados por cada uno de estos objetos, solo no encontraba el moño, y la niña que había visto no estaba, desesperada pregunto en donde estaba, pero nadie respondía, pues todos eran mudos, el amado fue por un espejo y le mostro en donde estaba la niña que había visto, al ver el espejo se dio cuenta que ella era esa niña, y el moño que estaba buscando en la foto era de ella, lo tenía en el cabello, no entendía, no podía creer lo que estaba pasando, cambio la pagina del libro y encontró una foto de todos, junto con sus padres, en la cabaña en donde ella vivía, con un título que decía “familia Madrith” volvió y vio a su amado a los ojos, llorando y implorando respuestas, él le da la almohada con la que él había sido asesinado y en ella escrito, “Somos tus hermanos, nuestros padres nos mataron y faltas tú, no tengas miedo, nuestros padres ya vienen”.

Fue lo último que escucho Aneí tras sentir correr un líquido caliente corriendo desde su cabeza.

Por Zazil Madrigal.

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